El viernes pasado (5 días atrás) una explosión en la mina de carbón Pike River, al norte de donde vivo, dejó atrapados a 29 mineros. Durante estos días la esperanza es lo que ha tenido unido a este país.
A diferencia de lo sucedido en Chile, hace algunos semanas, al tratarse de una mina subterránea de carbón los gases tóxicos impedían el ingreso de los rescatistas. Durante estos días se ha enviado dos robots, similares a esos que usa la nasa para explorar, que fuera de medir el nivel toxico tenían como finalidad dar con la ubicación de los desaparecidos, pero sin resultado alguno.
Hoy la esperanza se termino, pues una segunda explosión de mayor magnitud sucedió durante esta tarde. El país se ha quedado impotente de no poder haber hecho mas por ellos. Y aunque no piensan suspender el ingreso a la mina, las posibilidades de que haya sobrevivientes es 0.
Mientras veía las noticias y escuchaba al primer ministro hacer la primera conferencia de prensa no podía dejar de sentir como se me arrugaba el corazón. Mas aun sabiendo que el hijo de una compañera de trabajo de Be es uno de los desaparecidos.
Hoy Nueva Zelanda esta de luto.
Que pena que los acontecimientos no terminaran como en Chile, con esos abrazos con tanta emoción.
Estas desgracias nos ponen el corazón chiquitito, sólo no deberíamos esperar que pasen para sentirnos unidos en un país.
Hoy por hoy todo el mundo somos tan individualistas.
Que triste, cuanto lo siento. Debe ser tan desesperante para las familias.
En un momento así poco se puede decir, sólo se siente tristeza
Besos,
Emma