Hace poco leía a Patty en “Los Gorfis” que estaban felices por que se acaba el verano en Canadá.

“…Al parecer el verano se termina, las noches son mas frescas, y ya oscurece mas temprano, al fin el cielo oscurece a horas razonables, y es que aún no me acostumbro a llegar a las 9 de la noche y que el sol siga alumbrando…”

Le doy la razón en eso, ya que vivir tan cerca de los polos es una reverenda jarana. Eso de que los días sean taaaaannnnnnnn largos, es lo peor que le puede pasar a alguien que siempre ha vivido cerca al Ecuador. Pierdes la noción del tiempo por completo, fuera de que no sabes si seguir diciendo buenos tardes cuando son las 9 pm.

Mi primer verano en Nueva Zelanda fue fatal, fuera que hacia un calor de 42° grados, si como nunca ese año llegamos a 42° (los otros años solo fueron 40°, que gran diferencia, ja) y tener una barrigota por el embarazo, tenia el problema del horario. Los días eran tan largos que recién oscurecía a las 10 de la noche, y como en Lima uno esta acostumbrado a cenar cuando es de noche, no nos dábamos cuenta y terminaba cenando a las 11pm, si es que había cocinado temprano, y si no a esa hora recién preparaba la cena. Así que después de muchas cenas a media noche decidimos cenar apenas llegara mi esposo del trabajo. Así que desde ese día cenamos a las 6:30, llueva, truene, sea de día o de noche.

Esta foto fue tomada a las 10:30 de la noche, si ya ese que esta movida pero en ese tiempo no tenia tripode.